Ya sea por actividad física o contaminantes químicos en nuestros alimentos y medio ambiente, todos sufrimos lesiones con regularidad. Cualquier cosa que pueda ayudar a acelerar el proceso de curación del cuerpo puede liberar recursos y permitirle concentrarse en mantener una salud óptima en lugar de en la curación misma.
El Dr. Harry Whelan, profesor de neurología pediátrica y director de medicina hiperbárica del Medical College of Wisconsin, ha estudiado la luz roja en cultivos celulares y en humanos durante décadas. Su trabajo en el laboratorio ha demostrado que las células de piel y músculos cultivadas en cultivos y expuestas a luz infrarroja LED crecen entre un 150 y un 200 % más rápido que los cultivos de control no estimulados por la luz.
Trabajando con médicos navales en Norfolk, Virginia y San Diego, California, para tratar a los soldados heridos durante el entrenamiento, el Dr. Whelan y su equipo descubrieron que los soldados con lesiones musculoesqueléticas que fueron tratados con diodos emisores de luz mejoraron en un 40%.
En 2000, el Dr. Whelan concluyó: “La luz del infrarrojo cercano emitida por estos LED parece ser perfecta para aumentar la energía dentro de las células. Esto significa que ya sea que estés en la Tierra en un hospital, trabajando en un submarino bajo el mar o de camino a Marte dentro de una nave espacial, los LED impulsan la energía a las células y aceleran la curación”.
Hay literalmente docenas de otros estudios que demuestranlos poderosos beneficios de la luz roja para curar heridas.
Por ejemplo, en 2014, un grupo de científicos de tres universidades de Brasil realizó una revisión científica de los efectos de la luz roja en la cicatrización de heridas. Después de estudiar un total de 68 estudios, la mayoría de los cuales se realizaron en animales utilizando longitudes de onda que oscilaban entre 632,8 y 830 nm, el estudio concluyó que "... la fototerapia, ya sea mediante LÁSER o LED, es una modalidad terapéutica eficaz para promover la curación de las heridas de la piel".